Editorial: La violencia callejera ya ha tacado a la UNAM

La violencia citadina que se viene dando en buena parte del territorio nacional ya ha tocado a las instituciones de educación superior, haciéndose patente de manera muy grave y lamentable con los asesinatos de miembros del Tecnológico de Monterrey y, hace algunos días, también en nuestra comunidad universitaria. Hansido muy dolorosos los recientes crímenes que hemos sufrido en la UNAM: el
primero de ellos en contra de nuestro compañero trabajador de la Dirección General de la Escuela Nacional Preparatoria, Raúl Rojas Nava, asesinado como resultado de una balacera entre policías del DF y federales; el segundo caso es el del futbolista de los Pumas Morelos, Guillermo Edemir Meza.

Estos acontecimientos muestran que la seguridad pública “procurada por los gobiernos” ha fallado de manera muy clara, ante lo cual la sociedad –y fundamentalmente su sector joven- se encuentra en un panorama preocupante de vulnerabilidad que nubla sus perspectivas de alcanzar un futuro mejor. De cara a una realidad como esa, no son excesivas nuestras preocupaciones como organización sindical, mismas que han coincidido con las vertidas por el doctor Narro Robles en el sentido de alertar a los universitarios para que los actos violentos derivados de la lucha gubernamental contra el narcotráfico y el crimen organizado no se filtren a los planteles educativos.

|Con el fin de evitar que esto suceda, el STUNAM se encuentra presto a discutir con funcionarios de la Máxima Casa de Estudios los planes de seguridad que le den certidumbre y seguridad a los espacios en donde se educa y se difunde cultura, siempre y cuando esas medidas no afecten el libre pensar de las ideas y la actuación política de los miembros de la comunidad universitaria. Lo manifestamos así debido a que en la segunda mitad del pasado siglo, en la UNAM -so pretexto de otorgar seguridad en el campus- diversas autoridades de la universidad y funcionarios del entonces denominado Departamento del Distrito Federal utilizaron grupos de choque y porros a sueldo para someter a activistas estudiantiles de izquierda. Hoy, las intenciones de brindar seguridad a los universitario contra la violencia generada desde el exterior es urgente, y otorgarlaes responsabilidad de los que tenemos que ver con el resguardo del patrimonio de la UNAM.

Por último, cabe reiterar que la única forma de combatir la violencia y la ignorancia es mirar hacia la educación pública, invirtiendo recursos crecientes en ella, ya que ese factor influye para que la sociedad se supere y los jóvenes encuentren los espacios adecuados para lograr su desarrollo y su inserción laboral plena, con garantías a largo plazo.